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Comer bien en el trabajo es algo posible

Todos los días nos encontramos con noticias sobre aumentos en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares debido a una vida sedentaria, de estrés y, para peor, por ingerir alimentos con alto contenido graso y en calorías. Pero el marco es entendible, dado el círculo vicioso en el que estamos inmersos: largas horas frente al computador, poco tiempo para comer, entre otros factores que acechan esta vida nuestra.

Pero hay una buena noticia: esta plataforma propicia para contraer enfermedades o fomentar el malestar crónico puede modificarse para tornarse en una fuente de bienestar y energía. El tiempo y el cuidado que uno hace de su cuerpo son vitales a la hora de pensar cómo serán nuestros próximos años. Esto nos lleva a buscar la mejor forma de cuidarlo, según sea nuestra actividad y marco en el que se desarrolle nuestra vida.

Por ejemplo, un ingeniero en sistemas que pasa ocho horas (o más) frente a la computadora, teniendo casi nula actividad física (y es necesario entender que jugar al fútbol una vez por semana no es tener actividad física) debe ingerir alimentos de baja densidad calórica y alta capacidad de saciar, poniendo énfasis en no saltarse ningún tiempo de comida, para evitar las hipoglicemias que se traducen en fatiga, falta de concentración, entre otras.

Para estos casos lo mejor es tomar un buen desayuno en casa, tener a mano colaciones saludables para realizar una a media mañana y una a media tarde y nunca saltarse el almuerzo, porque es una mala inversión. En el caso opuesto, para una persona que tiene una actividad con un fuerte desgaste de energía, como un obrero de la construcción o un atleta, es recomendable sumar calorías aumentando en la medida de lo posible las porciones y agregando alimentos de alta densidad energética, pero de buena calidad, como por ejemplo nueces, aceites crudos, palta o plátano.

También hay que tener en cuenta los líquidos. Mientras más vigorosa es la actividad física más pérdida de líquidos tendrá, por lo que además de aumentar el consumo energético es importante aumentar su ingesta para sopesar y evitar la deshidratación. Para las personas que trabajan paradas es recomendable evitar el sobrepeso, realizar pequeños ejercicios durante el trabajo y caminar a diario para evitar problemas vasculares en las extremidades inferiores.

En cualquiera de los casos es importante tener en cuenta las bases de una buena alimentación que en resumen son no saltarse ningún tiempo de comida (desayuno, colación de media mañana, almuerzo, colación de media tarde y cena), elegir alimentos bajos en grasa, sal y azúcar y preferir los buena fuente, alto o ricos en fibra, vitaminas y minerales. Las porciones deben ser proporcionales a las necesidades individuales de cada persona, pues el gasto energético está determinado por el peso, la estatura, el sexo, la etapa del ciclo reproductivo, la composición corporal y el tipo de actividad que se realiza.

La idea es simple y no es cara, este ritmo de comidas puede llevarse con menos de 3 mil pesos por colación. Pensemos en un auto a la hora de pensar en el propio cuerpo, porque es común ver a conductores apasionados que buscan los mejores combustibles para sus motores, pero no les importa comer bombas calóricas por días sin tener en cuenta que esta costumbre puede llevarlo al colapso total. Y en ese estado, es difícil que se pueda volver atrás.

Publicado el 24/08/2010

Fuente: Paula Belmar Morbelli, nutricionista Programa Vivir Bien-Sodexo