La obesidad y la adolescencia

Frente a la obesidad en la adolescencia parece intervenir de forma muy activa tanto la predisposición genética en cuanto a distribución y número de adipocitos (células del organismo que almacenan la grasa) como los hábitos alimentarios (bocadillos, pastelería, comidas fuera de casa y desprecio por las frutas y verduras).

Las consecuencias de esta patología a mediano y corto plazo son complicaciones cardiovasculares, respiratorias, hepatobiliares, diabetes mellitus, alteraciones esqueléticas, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, problemas psicológicos y sociales.Los adolescentes con problemas de obesidad son por lo general pasivos, reprimidos, tímidos, su gran apetito obedece a una actitud de escape, comen de manera compulsiva, pueden tener bajo rendimiento escolar y/o deportivo. Muestran poca tolerancia a las actitudes de sus compañeros y familiares en relación con su aspecto y aceptación, se sienten marginados, rechazados y los insultos de sus compañeros pueden ser destructivos. El cuerpo obeso puede representar una protección, una caparazón, una barrera o una máscara de defensa ante su inseguridad, dependencia y ansiedad.

QUE ES LA OBESIDAD

La obesidad se define como un exceso de grasa o un exceso de tejido graso sobre la composición corporal normal, que depende de la talla, el sexo y la edad. Son muchas las razones por las que se intenta explicar la aparición de este trastorno de la salud, parece que no sólo los inadecuados hábitos de alimentación en la familia frente a la comida rica en grasa es la culpable de esta patología. Otros factores de tipo genético, psicológicos, ambientales, socioeconómicos y actitudes sedentarias juegan un papel principal en la génesis de la obesidad.

TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD

El tratamiento del paciente obeso es multidisciplinario: endocrinólogo, nutricionista, gastroenterólogo y psicólogo. Además los padres deben vigilar que el adolescente al bajar de peso no presente alteraciones en su crecimiento y desarrollo, no causarle alteraciones metabólicas, disminuir el apetito y tratar de evitar los problemas psicológicos.

Para el tratamiento de la obesidad en la adolescencia, se deben tener en cuenta las siguientes pautas generales:

1. CAMBIAR LOS HÁBITOS EN LA ALIMENTACIÓN

El establecimiento de una dieta adecuada a las necesidades y requerimientos nutricionales de los adolescentes en calidad y cantidad no significa plantear dietas muy restrictivas, es llevar un control diario que consiste en que el joven registre semanalmente el consumo de alimentos especificando la cantidad de cada uno de ellos.

Enseñar a los adolescentes a elegir los alimentos más adecuados sobre todo fuera de casa para evitar las grasas, salsas, los bocadillos y el consumo de alimentos que por costumbre se acompañen de otros hipercalóricos (hamburguesas con papas y refresco, pizzas, hot dogs) Siempre que se pueda se debe elegir verdura y frutas.

Reforzar los hábitos como la masticación, el comer despacio, disminuir la cantidad de alimentos, balancear la dieta, evitar las golosinas, tomar agua y jugos en lugar de refrescos.

2. DIETA ADECUADA

Bajo prescripción médica se aportarán los requerimientos calóricos diarios de acuerdo a su etapa de crecimiento y desarrollo. En la consulta con la nutricionista es conveniente sugerir los alimentos que habitualmente se consumen y particularmente aquellos que más le agradan, así el médico podrá seleccionar de ellos aquellos que sean adecuados para la nueva dieta.

En la medida de lo posible y de acuerdo con su edad individualizar la dieta, fraccionarla en las comidas del día y de preferencia con el sistema de intercambios para elegir alimentos. Se debe recordar que la prescripción dietética es sólo una parte del tratamiento nutricional. Las dietas muy bajas en calorías no están indicadas para los adolescentes, generalmente son dietas que se emplean por periodos muy cortos y que no modifican la conducta alimentaria. Por ello la educación nutricional es de especial importancia, debido al desconocimiento y los malos hábitos alimentarios como agregar sal a los alimentos luego de su preparación, usar azúcar en exceso, condimentos, salsas y aceites.

3. EJERCICIO Y ACTIVIDAD FÍSICA

Este favorece el gasto de energía y contribuye a disminuir de peso. Incorporar al adolescente a la actividad física diaria es un principio indispensable. Se recomienda que esta actividad la realice acompañado de los padres, hermanos o amigos con una frecuencia de 3 a 5 días por semana, iniciarlo con una duración de 15 minutos e incrementarlo hasta una hora.

Actividades como caminata, natación, ciclismo o algún deporte de interés y diversión para el adolescente son siempre un ejercicio. Por otra parte, se debe propiciar la actividad física diaria caminar, subir escaleras en lugar de utilizar elevador y andar en bicicleta. Disminuir las actividades sedentarias por largos periodos, como son ver televisión, usar la computadora y los juegos de vídeo.

4. PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LOS PADRES Y LA FAMILIA

Esta es la acción más importante de todo el tratamiento, de los padres depende en gran medida el tipo, cantidad y la preparación de los alimentos que comerá el adolescente. Es muy útil modificar los hábitos alimentarios de toda la familia, no comprar alimentos que no puede consumir, utilizar platos pequeños, ofrecer porciones pequeñas y educar con el ejemplo. Además durante el tratamiento es muy importante la ayuda psicológica a adolescentes y familiares.

COMO PREVENIR LA OBESIDAD

A través de modificar los hábitos nutricionales de la familia, principalmente en los padres, quienes a pesar de ser o no ser obesos deben vigilar estrechamente la alimentación de sus hijos y limitar el consumo exagerado de alimentos. El ejemplo de qué alimentos consumir, cómo y cuándo es la mejor forma para educar a los hijos. Ya que compartir los alimentos constituye una actividad social y trascendente en la relación familiar, esta oportunidad debe aprovecharse para prevenir la obesidad y evitar llegar al tratamiento que es muy complejo y prolongado.

Alimentar adecuadamente a los hijos desde los primeros años de vida es la mejor forma de impedir que aparezca la obesidad, ya que durante ese período se genera el hábito alimentario. Reglas para la alimentación, como horarios fijos específicos para los tiempos de comida, determinar el lugar para el consumo de alimentos, indicar cuál es el comportamiento que se debe tener en la mesa, promover una masticación adecuada y marcar el tiempo disponible para el consumo de alimentos, entre otras, serán las bases de los hábitos de alimentación.

Fuente: www.teleantioquia.com.co

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