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Dime qué arrugas tienes y te diré quien eres

Dime qué arrugas tienes y te diré quien eres. Este es el mensaje central de la lectura de arrugas, una práctica que a menudo es vista con escepticismo.

Heredera de la fisiognomía (estudio del carácter a través del aspecto físico del individuo), la morfopsicología estudia las supuestas correlaciones entre las características morfológicas de la cara de una persona y su perfil psicológico.

Así pues, las arrugas son entendidas como marcas de las experiencias intensas que una persona ha vivido.

"Son señales de la historia de una persona que están escritas en la superficie facial. Las emociones son muchas veces las responsables de dibujar esas arrugas en nuestro rostro", le dice a BBC Mundo María de los Ángeles Muñoz, especialista en comunicación no verbal y lectura del rostro.

Ejemplos prácticos
Especialistas le explicaron a BBC Mundo ejemplos de esta práctica.

La ira y el enfado, por ejemplo. Rosetree cuenta que las arrugas verticales se relacionan con enojo. Si parten del ojo izquierdo, ese enojo tiene que ver con nuestra vida personal, mientras que si se originan en el derecho, "ese enfado está relacionado a la carrera profesional o la vida pública".

Sin movernos de la zona de la frente, Muñoz añade que una persona propensa a enojarse, tenderá a desarrollar arrugas en el ceño. "La tristeza, sin embargo, hace que la comisura de nuestros labios se ladee hacia abajo", dice la experta.

Algunos de los significados son más sorprendentes y menos intuitivos. Muñoz lo explica. así: "los hoyos en las mejillas o el mentón, por ejemplo, son culturalmente considerados como rasgos bellos. Sin embargo, estos hoyitos, según el caso, podrían estar señalando que la persona ha atravesado situaciones realmente difíciles".

Sobre las arrugas en los ojos, Rosetree cuenta que son relacionadas con la manera en que una persona afronta los problemas.

Así, las famosas "patas de gallo" indican que esa persona acude a consejos externos, a amigos y familiares, para superar las contrariedades de la vida. Las ojeras, en cambio, indican que esa persona es mucho más introvertida y acude a lo más profundo de uno mismo a la hora de manejar las dificultades.

Músculos y huesos
Cuando BBC Mundo consultó a una especialista en medicina estética, Concha Obregón, doctora y responsable de comunicación de SEME (Sociedad Española de Medicina Estética), ella puntualizó que el origen de las arrugas se basa en dos factores.

El primero es la musculatura que compone la mímica de la cara. Cada músculo de nuestro rostro tiene una función. Cada vez que hablamos, reímos, comemos, lloramos… los utilizamos.

El segundo factor es el tiempo. "Con los años hay una reabsorción del tejido óseo, adelgazamiento de la piel y atrofia muscular. Esto origina un descenso, es un desplazamiento de piel", explica la Dra. Obregón.

Basándose en estos principios, para Obregón, la relación entre arrugas y personalidad es real. "La cara es un reflejo de las emociones, entonces, según la emoción que sintamos, utilizamos diferente musculatura".

Sin embargo, sus ejemplos se basan más en la lógica de los gestos.

Así, relaciona las patas de gallo a personas risueñas; las arrugas horizontales de la frente a personas muy expresivas, "que hablan con los ojos". El ceño fruncido es común en varios casos. Se puede apreciar tanto en personas observadoras o con tendencia a enfadarse, "como en personas de ojos muy claritos que se defienden de la luz".

"Todo esta relacionado", concluye Obregón.

Publicado el 03/07/11
Fuente: Publimetro


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