No comer engorda

Aproximadamente cada tres o cuatro horas el cuer­po necesita una nueva dotación de energía y la persona comienza a sentir hambre.

Si el tiempo pasa y el organismo no recibe los nutrientes esperados, el estómago envía un mensaje al cerebro indicando escasez de alimento, por lo que éste manda de inmediato la instrucción de que todos los nutrientes presentes en la sangre se almacenen en forma de grasa para aprovecharlos en otra ocasión.

Este mecanismo de ahorro de nutrientes también se desencadena cuando después de cenar se decide ir a la cama a descansar, pues el sueño adormece la región encargada de sentir saciedad, impidiendo que el cerebro detecte que ya comió. Al no sentir saciedad, el cuerpo lo interpreta como falta de alimento.

Junto con el sedentarismo, los hábitos alimenticios son la principal causa del sobrepeso y obesidad que actualmente aquejan a la población. Por ello, se recomienda seguir un plan alimenticio y practicar alguna actividad física, pues cuando se obtiene más energía de la que el cuerpo gasta, ésta se almacena.

La forma más común de almacenar el exceso de calorías es convirtiéndolas en grasa y acumulándola en piernas, brazos, cadera, glúteos, senos y abdomen, principalmente.

La manera de consumir los alimentos es un factor determinante para evitar el sobrepeso. Por ejemplo, no es lo mismo consumir un kilo de zanahoria entera que ese mismo kilo en jugo: la fibra que contiene llena más al organismo y hace que los nutrientes pasen de manera más lenta al cuerpo, lo que alarga la sensación de saciedad y aplaza la aparición del hambre.

En contraste, el jugo pasa directamente a la sangre en forma de azúcar para convertirse en grasa. Entre más tiempo permanezcan los alimentos en el estómago ensanchando sus paredes, más tiempo perdurará la sensación de saciedad y más tardará en volver el hambre.Salud con información de clikisalud.info

Publicado el 06/04/11
Fuente: Publimetro


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