Madres primerizas deben privilegiar calidad por sobre cantidad en los alimentos

Una joven embarazada debe adaptar su dieta a su proceso de crecimiento, mientras que una mayor de 35 años debe prepararse para un adecuado envejecimiento.

La alimentación de quienes viven un embarazo por primera vez es clave para el desarrollo del feto, tener un embarazo libre de riesgos y una buena lactancia.
La nutricionista de la Universidad San Sebastián, Carolina Rojas, explica que dependiendo de la edad en que la mujer se embarace, cambian las características específicas de la alimentación y nutrición.

"Si la mujer se embaraza antes de los 22 años, se deben hacer los ajustes necesarios para permitir el crecimiento y desarrollo fetal y terminar con el proceso de crecimiento y desarrollo de la adolescente", dice la experta. En cambio "Cuando el embarazo se produce después de los 35 años, las necesidades nutricionales deben acotarse a las de una mujer adulta que debe cuidar su alimentación, preparándose para tener un adecuado envejecimiento", detalla la académica de Nutrición y Dietética de la USS.

De acuerdo a Carolina Rojas, los médicos aconsejan tener un hijo por primera vez entre los 22 y 32 años, ya que es el rango de edad en que la mujer está en óptimas condiciones para llevar a efecto el proceso de gestación.
Para ello la alimentación sugerida debe contener los siguientes elementos:
· Variada: consumir de todo tipo de alimentos, velando por la calidad por sobre la cantidad de alimentos. Consumo de pescados (jurel, corvina, salmón) y legumbres (porotos, lentejas, garbanzos) al menos una vez por semana. El resto de los días se pueden consumir aves, huevos y carnes desgrasadas a la plancha, horno o vapor. Evitar frituras.
· Fraccionada: Considerar cuatro comidas (desayuno, almuerzo, once y cena). Y entre una a dos colaciones que se disponen a media mañana y/o en la noche.
· Consumo de lácteos: tres porciones parcialmente descremados o descremados (leche, yogurt, quesillos) quesos maduros blandos (camembert, azul o roquefort) y no pasteurizados, evitar el queso de cabra casero por riesgo de contraer listeria. El requerimiento es de 1.000 miligramos/día de calcio, "dosis que la dieta de la mujer chilena no lo cumple, por eso el médico sugiere usar Calcio medicamentoso. Lo mismo sucede con el aporte de Hierro", sostiene la nutricionista.
· Aumentar consumo de verduras y frutas: de distintos colores para que le aporte distintas vitaminas y minerales. Consumir abundantes verduras de hojas (para mantener una buena digestión y evitar el estreñimiento).
· Aumentar líquidos: Consumir al menos 6 a 8 vasos de agua o el equivalente a tres botellas diarias de 500 cc. Privilegiando el consumo de agua de la llave por sobre bebidas de fantasía y jugos azucarados. En caso de no tener el hábito, consumir agua de infusión de hierbas simples, jugos de frutas cocidas sin azúcar endulzados con sucralosa. También puede ingerir jugos sin azúcar, pero no más de 3 a 4 vasos.
· Evitar consumo de cafeína: No más de dos tazas de café al día o su equivalente en bebidas y tipo "colas". Esta es una sustancia excitante que al consumirla está rápidamente presente en la circulación sanguínea y placentaria.
Respecto al consumo de grasas, la nutricionista recomienda "preferir aceites de oliva, maravilla o canola y consumir colaciones o snack en pequeñas cantidades de frutos secos, por ejemplo: 11 unidades de almendras sin sal ó aceitunas lavadas; 20 unidades de maní o de avellanas", dice. Mientras que se debe evitar el consumo de chocolates y caramelos. "Es recomendable preferir dos cuadrados al día de chocolates tipo bitter o con más de 60 % de cacao o el equivalente, sin azúcar", detalla la académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la U. San Sebastián.

Publicado el 07/07/11
Fuente: La Segunda




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