Defensa del organismo ante un posterior daño celular:

Estudio sugiere que unos pocos minutos de sol al día bastan para broncearse

Investigadores de EE.UU. descubrieron que la piel reacciona a la radiación más rápido de lo que se creía, aunque aclaran que "de ninguna manera" esto implica tomar sol en exceso o sin protección.

Cristián González
El calor comenzó, la temporada de piscinas ya es una rutina cotidiana y en pocas semanas, las playas estarán llenas de cuerpos tendidos al abrazo de los rayos solares, en busca del bronceado. Una costumbre que los dermatólogos no recomiendan por el dañino efecto de la radiación a largo plazo, en especial cuando son muchas las horas y días de exposición, sin la protección adecuada.

Pero un hallazgo realizado por investigadores de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, parece entregar un resultado diferente a lo que la mayoría de la gente piensa: una exposición solar breve y cotidiana es suficiente para cambiar el tono de la piel, sin los riesgos asociados a una exposición excesiva y prolongada.

El equipo de la doctora Elena Oancea observó que la piel responde a los efectos de la radiación solar mucho más rápido de lo que se creía, dentro de la primera media hora de exposición. "Esto quiere decir que para desencadenar ciertos procesos de pigmentación basta con unos breves instantes", explica la especialista en un artículo publicado en la revista Current Biology.

A través de análisis de laboratorio de las células encargadas de producir melanina -pigmento que da el color a la piel-, los investigadores descubrieron que cuando una persona se expone al sol se activan unos receptores específicos que comienzan a producir melanina.

Se trataría de la rodopsina, una proteína que también se encuentra en la retina y que ayuda al ojo a captar la luz.

"Creemos que la respuesta temprana que se desencadena a nivel celular apenas una persona se pone al sol tiene como objetivo defender al organismo de los posteriores daños celulares y del ADN causados por la acumulación de radiación solar. Si efectivamente la primera reacción a los rayos UVA -que componen el 95% de la radiación solar- es protectora, podríamos estar ante un hallazgo que puede tener consecuencias en el desarrollo de protectores solares", dice Oancea.

No obstante, enfatiza la investigadora, "tenemos que aclarar que de ninguna manera estamos diciendo que hay que tomar sol en exceso o sin protección".

Una advertencia en la que la doctora Cecilia Orlandi, dermatóloga de la Clínica Orlandi, viene trabajando desde hace años. "El bronceado es un mecanismo de defensa de la piel frente a la radiación solar y, por lo tanto, no existe un bronceado seguro".

Idea con la que concuerda la doctora Irene Araya, dermatóloga del Hospital Clínico U. de Chile y presidenta de la Sociedad Chilena de Dermatología. "El concepto de bronceado implica para la piel el uso de toda su maquinaria biológica para protegerse contra una agresión física que sería la radiación ultravioleta".

Eso sí, la experta precisa que durante los meses más cálidos, aun cuando la persona se proteja, se produce un cierto grado de pigmentación natural de la piel que es útil para mantener niveles adecuados de vitamina D en el organismo. Pero para eso "no es necesario exponerse sin protección y en horarios de máxima radiación (entre las 11:00 y las 16:00 horas)".

Lo que muestra la investigación de la U. de Brown, dice la doctora Araya, es que "nuestra piel en un corto plazo es capaz de montar una línea de defensa adecuada frente al sol, no requiriendo exposiciones extra para lograr una respuesta de bronceado defensiva".

Consejos infalibles para un verano seguro

Los dermatólogos enfatizan la necesidad de usar protector solar 20 minutos antes de exponerse al sol y reaplicarlo cada dos horas. Y sobre todo evitar el sol directo entre las 11 de la mañana y las cuatro de la tarde.

El uso de protector solar no evita el bronceado, pero sí ayuda a que sea más parejo y duradero -ya que favorece una pigmentación tardía de la piel-, al tiempo que aminora el daño de la radiación solar.

Si se busca un bronceado sin sol, existen los llamados autobronceantes, "lociones o cremas que se combinan con las proteínas de la epidermis, generando por oxidación, un oscurecimiento de la piel que dura alrededor de siete días", explica la doctora Irene Araya. La FDA ha aprobado la dihidroxiacetona (DHA), carbohidrato utilizado en estos productos cosméticos. La experta aclara que su uso no protege contra la radiación UV y, por lo tanto, igual se debe usar protector solar.

Si se quiere mantener el color por más tiempo, hay alimentos ricos en betacaroteno que ayudan a esa tarea, como vegetales y frutas de color verde, rojo, anaranjado o amarillo (zanahoria, espinaca, zapallo, durazno, cereza, melón y damasco).

Por último, evite el uso de solariums.

Publicado el 16/12/11
Fuente: El Mercurio


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