Alertan sobre los gérmenes de las cortinas de privacidad de los hospitales

Investigación señala que estas cortinas que separan los espacios de atención están frecuentemente infectadas con bacterias.

Las cortinas de privacidad que separan los espacios de atención a pacientes en hospitales y clínicas están frecuentemente infectadas con bacterias potencialmente peligrosas, según un estudio realizado por la Universidad de Iowa, Estados Unidos.

Para evitar propagar estas bacterias, que pueden incluir la peligrosa "superbacteria" estafilococo áureo resistente a la meticilina (SARM), los profesionales sanitarios deberían asegurarse de lavarse las manos tras el habitual contacto con las cortinas y antes de atender a los pacientes, dijo Michael Ohl, en una conferencia en Chicago.

"Hay un creciente reconocimiento de que el entorno hospitalario desempeña un importante papel en la transmisión de infecciones en el entorno de la asistencia sanitaria, y está claro que estas (cortinas de privacidad) son lugares potencialmente importantes de contaminación porque son tocadas con frecuencia por pacientes y profesionales", dijo Ohl.

Los profesionales médicos tocan a menudo estas cortinas después de haberse lavado las manos y luego proceden a tocar al paciente. Además, estas cortinas cuelgan a menudo durante mucho tiempo y son difíciles de desinfectar.

EL ANÁLISIS

En su estudio, Ohl y su equipo tomaron 180 muestras de 43 cortinas de privacidad dos veces a la semana durante tres semanas. Las cortinas estaban situadas en las unidades de cuidados intensivos médicos y quirúrgicos y en un pabellón médico de la Universidad de Hospitales de Iowa.

Las pruebas detectaron la bacteria estafilococo áureo, incluyendo la especialmente peligrosa SARM, así como varias especies de Enterococcus, bacterias del intestino, algunas resistentes al nuevo antibiótico vancomicina.

Los investigadores usaron pruebas adicionales para identificar cepas específicas resistentes a la vancomicina y a la meticilina para ver si estaban circulando las mismas variedades e infectaban las cortinas una y otra vez.

El estudio halló una contaminación significativa que se producía muy rápidamente después de que se colocaran nuevas cortinas.

De las 13 cortinas de privacidad colocadas durante el estudio, 12 mostraron contaminación en una semana. Prácticamente todas las cortinas analizadas -41 de cada 43- estuvieron contaminadas en al menos una ocasión.

"La gran mayoría de las cortinas mostraron contaminación con bacterias potencialmente significativas una semana después de que se colgaran por primera vez, y muchas estuvieron colgadas durante más de tres o cuatro semanas", dijo Ohl, que dijo que lavarse las manos era de lejos el método más práctico y barato de evitar la propagación de los gérmenes.

Publicado el 26/09/11
Fuente: Emol - Tendencias y Mujer


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