Los medicamentos efectivos para tratar la obesidad son cada vez más escasos

Cuando hacer ejercicio y comer más sano no es suficiente para eliminar los kilos de sobra, los fármacos han sido el complemento ideal para luchar contra la obesidad. Sin embargo, el último año no ha sido favorable para quienes confían bajar de peso gracias a una pastilla.

En 2010, siguiendo una tendencia mundial, el Instituto de Salud Pública prohibió la comercialización de la sibutramina, debido a que la sustancia aumentaría el riesgo cardiovascular. Así, el mercado de las drogas contra la obesidad perdió a su máxima estrella.

Y no se ve otra en el firmamento por ahora. "El año pasado, la FDA rechazó, por sus posibles efectos secundarios, al menos tres fármacos que estaban a la espera de salir al mercado y que eran considerados una esperanza de tratamiento. Y aunque hay otros en investigación, no estarán disponibles en el corto plazo", comenta la doctora Verónica Álvarez, nutrióloga del Centro de Nutrición de Clínica Las Condes.

El tema será abordado por la especialista en el VI Congreso de Nutrición Clínica, Obesidad y Metabolismo, que comienza hoy en Viña del Mar.

"El tratamiento farmacológico de la obesidad es una herramienta importante, pero al igual que con la cirugía, no sirve de nada si no va acompañado de cambios en el estilo de vida", agrega la doctora Karin Papapietro, presidenta de la Asociación Chilena de Nutrición Clínica.

Un mensaje que no siempre cala hondo en los chilenos con sobrepeso: en los últimos seis años el número de obesos en el país aumentó a casi 8,9 millones, mientras que la obesidad mórbida se duplicó en igual período, llegando a casi 300 mil personas.

Efecto indirecto

Hoy, el único medicamento con respaldo científico y aprobado por agencias internacionales para tratar la obesidad es Orlistat, que ayuda a disminuir en parte la absorción de grasas que vienen en la dieta.

Si bien ha mostrado ser efectivo a largo plazo, se debe consumir a diario y su costo oscila entre $20.000 y $50.000 la caja de 20 comprimidos, según el laboratorio.

A él, se une una línea de medicamentos con un efecto indirecto sobre los kilos de más.

Se trata de fármacos que inhiben el apetito, pero que no están aprobados para bajar de peso, como la fluoxetina y sertralina -disponibles desde $1.000-, antidepresivos con un mecanismo similar al de la sibutramina, ya que aumentan la serotonina en el cerebro y generan inapetencia.

"A veces el aumento de peso está asociado a cuadros de ansiedad o depresión, y es ahí donde estos medicamento son útiles", precisa la doctora Álvarez, quien agrega que es importante no automedicarse, ya que pueden provocar efectos secundarios como una crisis hipertensiva o interactuar con otros fármacos.

El afán por recurrir a medicamentos sin receta es mayor en el caso de productos naturales, de venta libre o por internet. "Hay un mercado muy amplio, pero la mayoría de ellos no tiene estudios que avalen su seguridad y eficacia", dice la doctora Papapietro.

Incluso algunos contienen sibutramina, lo que es ilegal. "Y su precio no siempre es barato", agrega la doctora Álvarez, quien comenta que muchos de estos productos se venden como "suplementos" para evitar pasar pruebas más exigentes de calidad.

Entre los productos naturales que sí se estima existe eficacia están el ácido linoleico, el té verde y la hierba de San Juan.

Publicado el 27/04/11
Fuente: El Mercurio


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