Siete tips para "comer bien"

Revisa estos simples consejos para una dieta saludable, en la columna para esta semana de la experta internacional en vida sana, Susan Bowerman.

¿Incluyeron dentro de sus propósitos para el 2012 el alimentarse bien? Muchos de nosotros nos hacemos esa promesa todos los eneros, pero a estas alturas del año nos sorprendemos volviendo a caer en nuestros antiguos hábitos alimenticios. Quizás hemos tratado de abarcar mucho o quizás no hemos pensado realmente qué significa "comer bien". Comer bien involucra más que meramente elegir correctamente nuestros alimentos, también implica ingerir lo adecuado en la hora adecuada. Aquí les dejo siete tips para ayudarlos a "comer bien".

Comer bien cuando nos levantamos. No es necesario comer en cuanto nos despertamos, pero sí es realmente importante comer en la mañana. Quienes desayunan regularmente tienen mayores probabilidades de controlar su peso, mientras que aquellos que sacrifican el desayuno para poder dormir unos minutos más tienden a sobre compensar comiendo demasiado durante el almuerzo. Si no somos capaces de comer mucha cantidad en la mañana, probemos con una porción de avena a la que agregamos polvos de proteína, algo de fruta fresca y una cucharada de queso cottage o yogurt. También puede ser un batido de proteínas preparado con el polvo, leche y frutas.

Comer bien antes de ir al supermercado. Si nos vamos de compras con el estómago vacío nos sentiremos como un niño en una confitería: todo nos parecerá tentador. Antes de salir hacia el supermercado, comamos una barra de proteínas, una fruta o un puñado de frutos secos. De esta manera nos tentaremos menos por comprar alimentos que no son "buenos". Además, debemos siempre llevar una lista de compras y hacer nuestro mejor esfuerzo por ceñirnos a ella.

Comer bien cuando se trata de grasas. Necesitamos sólo un poco de grasa en nuestra dieta diaria, sin embargo la mayoría de nosotros come demasiada cantidad. Esto, sin considerar que algunas grasas – como las que encontramos naturalmente en pescados, frutos secos, aceitunas y paltas – son más saludables que otras. Las grasas saludables añaden sabor a la comida, de modo que es recomendable agregar palta o frutos secos a nuestras ensaladas, o bien una cucharadita de un sabroso aceite de olivas a los vegetales al vapor.

Comer bien antes de ejercitarse. Es necesario llenar el estanque antes de realizar ejercicio, especialmente si se hace a primera hora de la mañana. Si no tenemos mucho tiempo para comer antes de la rutina física, es aconsejable consumir alimentos de fácil digestión tales como smoothies (batidos de fruta y yogurt), sopas o yogur. En cambio, si contamos con un par de horas para hacer la digestión antes de comenzar la práctica, es mejor una comida regular con suficiente carbohidratos – pan integral, arroz integral, pastas, frutas y vegetales – para asegurarnos de que no desfalleceremos en mitad de la rutina.

Comer bien después de ejercitarse. Después de una buena sesión de ejercicio físico, nuestro cuerpo puede estar un poco bajo de energías, así es que tratemos de comer algo unos 30 a 45 minutos después de terminar la rutina. Nuestros músculos estarán ansiosos de frutas, verduras y granos enteros para poder reponer el stock de carbohidratos - así como una "inyección" de proteína – y de esa manera poder recuperarse.

Comer bien fuera de casa. Actualmente es común que hagamos muchas de nuestras comidas fuera de casa, tanto que salir a cenar dejó de ser una ocasión especial para muchos. Debemos resistirnos a la tentación de darnos permisos extras en estos escenarios. Si estamos en plan de rebajar la ingesta de calorías, es buena idea dividir el plato de fondo con nuestro acompañante y pedir una ensalada extra. Otra opción es saltarse el acompañamiento en base a carbohidratos y ordenar doble ración de vegetales. Además, es recomendable pedir los aderezos y salsas en un plato aparte para poder controlar cuánto de ellos consumimos.

Comer bien en la noche. Muchas personas comen liviano o se saltan comidas durante el día, para terminar ingiriendo una inmensa cantidad de calorías entre la cena y la hora de dormir. El mayor problema es que cuando concentramos nuestra alimentación en la noche, nuestro cerebro y musculatura no obtienen la energía necesaria para realizar las actividades mentales y físicas diarias. Por el contrario, es preciso distribuir las calorías de manera pareja a lo largo de todas nuestras comidas y snacks. Si después de la cena el consumo de un snack nos resulta demasiado tentador, intentemos evitarlo cepillándonos los dientes tan pronto terminamos de comer. Ésta, es una de las mejores señales de que nuestra alimentación del día ha finalizado.

Publicado el 14/06/12
Fuente: Biut.cl


Contacto: contactenos@adelgace.cl
Celular: +569 7497 6497 / Santiago de Chile