La importancia de los alimentos naturales

Durante los primeros años de vida la alimentación juega un rol central en el desarrollo del bebé, no sólo desde el punto de vista nutricional, sino también en lo que hace a su relación social y a su desarrollo psicológico; ya que su primer contacto con el mundo y con la madre es a través del alimento.

Los hábitos alimentarios se adquieren en los primeros años de vida y serán los que determinen las conductas alimentarias futuras; por eso es importante, darle a los bebés, variedad de alimentos y sabores, teniendo en cuenta la progresión que debe hacerse desde que comienza con alimentos semi-sólidos o sólidos hasta el año donde ya pueden comer prácticamente todos los alimentos.

También es importante que desde temprana edad se acostumbren a los sabores naturales de los alimentos, porque son siempre más saludables.

No es necesario añadir sal a las comidas; ya que los alimentos tienen naturalmente suficiente sal -sodio- y no conviene que los niños se acostumbren desde pequeños a los sabores muy salados.

El sabor dulce les agrada mucho, pero no es conveniente que se habitúen al agregado de azúcar de forma exagerada. Añadir sal o azúcar es un hábito adquirido que es mejor evitar, para prevenir enfermedades en la vida adulta.

Los primeros alimentos

El primer alimento sólido del bebé, en general, suele ser un cereal fortificado con hierro; ya que la reserva acumulada de este mineral durante la vida fetal, dura hasta cerca de los 4 meses. A partir de allí, se recomienda dar alimentos ricos en hierro y, si fuese necesario, un suplemento.

Se puede comenzar con arroz porque es el cereal que menos posibilidad tiene de producir reacciones alérgicas.

Se recomienda no endulzar con miel, la cual puede contener pequeñas cantidades de esporas liberadas por una bacteria que produce botulismo y afectar severamente la salud del bebé.

Una vez que ha consumido el cereal durante unos cuantos días y no presenta signos de intolerancia o alergia, se puede comenzar a introducir otros como la harina de maíz y luego la avena. Es mejor posponer el consumo de trigo, cebada y centeno hasta cerca del año por si el niño presenta intolerancia al gluten (enfermedad celíaca).

Más tarde, se comienzan a introducir frutas y verduras cocidas y picadas, ralladas o pisadas, carnes bien cocidas y subdivididas, y pan.

Se pueden ofrecer jugos de frutas y verduras en taza.

En esta etapa no se restringe el consumo de grasas porque los niños necesitan las calorías y, especialmente, los ácidos grasos esenciales para el adecuado desarrollo del sistema nervioso y la retina.

Cuando comienza a tener mayor apetito, se va incrementando la cantidad de alimento sólido y se le ofrece menos leche.

Para crear buenos hábitos alimentarios la clave está en la variedad, para ello hay que presentar los alimentos en forma atractiva, con diferentes sabores, colores, formas y texturas.

LOS PURECITOS PREPARADOS

Bajo estas prácticas de naturalidad desde el comienzo de la alimentación del bebé, la línea de alimentos que ofrece a las madres diferentes tipos de vegetales, frutas y combinación de carnes y hortalizas en forma práctica, saludable y segura, sin agregado de sal, azúcar ni conservantes químicos son una buena opción. Estos alimentos vienen listos para ser consumidos.

Se comercializan en frascos de vidrio, completamente esterilizados, que han pasado por un proceso de ultra alto vacío; esto quiere decir que una vez que el frasquito se ha llenado con el alimento se extrae todo el aire mediante vapor de agua segura y se sella mediante una tapa, generando el vacío. De este modo, los microorganismos no podrán desarrollarse al no contener oxígeno; por medio de esta técnica de conservación natural del alimento se logra que la vida útil del mismo sea posible por más tiempo sin necesidad de agregar conservantes químicos ni aditivos.

Las distintas variedades van de acuerdo a la etapa del bebé desde colados de manzana o banana, pasando por papillas de pollo y vegetales; hasta trocitos de carne con hortalizas.

Comenzar la vida con una alimentación saludable, no sólo hará que el niño crezca y se desarrolle adecuadamente; sino también contribuirá a que tenga una mejor calidad de vida y a un menor riesgo de contraer ciertas enfermedades.

Publicado el 15/03/12
Fuente: La Tercera


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