Terapias Alternativas
Aromaterapia

La aromaterapia es una rama de la medicina alternativa que utiliza los aceites esenciales de ciertas plantas como terapia para sanar enfermedades físicas y anímicas.

Los aceites esenciales provienen del mundo vegetal. Son substancias volátiles del metabolismo de las plantas, guardan el aroma y son segregadas por determinadas células. Su composición química es muy variada y compleja, con un alto valor terapéutico.

Son esencias altamente concentradas, caracterizadas por su ligereza y fina textura, extraídas de flores, hojas, tallos, cortezas, raíces, frutas, resinas y musgos de árboles, hierbas y plantas. La cantidad de aceites esenciales contenidos en cada uno de estos recursos es muy pequeña y se necesitan muchas plantas para obtener estos aceites.

Los efectos terapéuticos de los componentes orgánicos se logran mediante la inhalación o aplicación directa de estos aceites esenciales.

Aromaterapia en la Historia

El término aromaterapia es relativamente moderno pero a través de la historia vemos que todas las culturas han utilizado los aromas.

Tratados en medicina con mas de 5000 años de existencia, nos relatan el uso de las esencias en el lejano oriente. En un manual de medicina escrito en el año 2000 A.C., el emperador chino Kiwang-ti describe las propiedades curativas del ruibarbo y la granada.

Los Egipcios también usaron los aceites esenciales para efectos curativos, cosméticos y en la preparación de los cuerpos de sus difuntos para su preservación en el viaje a la eternidad. Los jeroglíficos dan cuenta de que los sacerdotes egipcios, médicos de la época, prescribían mirra como anti-inflamatorio.

Los Griegos y Romanos también utilizaban las esencias aromáticas. El griego Teofrasto escribió un tratado relativo a los olores, en el que analizaba los efectos de los distintos aromas en el pensamiento, el sentimiento y la salud.

Hipocrates, padre de la medicina moderna, escribe en sus tratados sobre los poderes de sanación de las esencias de plantas aromáticas.

Fueron los Árabes, en el siglo XI, quienes rescatan los conocimientos grecolatinos. Abu Ibn Sina conocido en occidente como Avicena, perfecciona el arte de la destilación de los aceites esenciales de las plantas.

En la Edad Media Hildegard Von Bingen, escribió un tratado sobre herbolaria dando especial importancia a hierbas aromáticas como la lavanda.

Durante los siglos XVI y XVII más de 100 aceites esenciales fueron utilizados en la investigación de fórmulas de medicina tradicional.

A principios del siglo XX, el químico francés Rene M. Gottefosse, conocido como el padre de la aromaterapia, constata las poderosas propiedades antisépticas y curativas de los aceites esenciales, y demuestra que la estructura molecular de estos aceites permite que la piel absorba sus sustancias grasas. En una obra publicada en 1928, sostiene que inhalando ciertos aromas es posible aliviar estados ansiosos y depresivos.

En 1950, Jean Valnet médico y presidente de la Societe Francaise de Phytoteraphie, contribuye con sus estudios a la aceptación médica de la aromaterapia. Escribe en su libro Aromatheraphie, testimonios de casos curados por medio de esta medicina no tradicional. También Marguerite Maury, considerada pionera de la aromaterapia olística, desarrolló un masaje especial aplicando aceites esenciales en las terminales nerviosas.

En la actualidad las investigaciones científicas han comprobado los efectos terapéuticos de los aceites esenciales y su uso se ha convertido en una opción alternativa de salud.

Características de los Aceites esenciales.

Los aceites esenciales son ligeros y volátiles, y entre sus compuestos figuran sustancias químicas orgánicas (ácidos, ésteres, alcoholes, aldehídos, acetonas, terpenos y fenoles).

Los aceites esenciales puros se obtienen por medio de la destilación al vapor. El método consiste en pasar un vapor a través de la planta. Este vapor, a su paso, recoge diversos componentes de la planta. El vapor es luego recolectado y mezclado con alcohol, aceite de soya, almendra u de otro tipo que le sirve de base. Otro método muy usado es el de prensado en frío.

En todo aceite esencial cada compuesto tiene sus propias propiedades terapéuticas. Suelen tener gran capacidad antiséptica y penetran rápidamente en las capas de la piel siendo absorbidos por la sangre, por lo que su acción es rápida.

Las moléculas presentes en los aceites esenciales pueden establecer una relación con nuestras propias hormonas, viajando a través de los sistemas y aparatos del cuerpo, revitalizando y regulando nuestras respuestas emocionales y físicas.

Los aceites se presentan en un frasco de vidrio oscuro para protegerlos de la luz. Siempre deben disolverse en un aceite base y nunca hay que aplicarlos por vía interna. Sus efectos terapéuticos permanecerán inalterables durante al menos dos años, siempre que se conserven en los recipientes adecuados.

Hay dos formas de utilizar los aceites esenciales:

- Aspiración directa de los aromas.

- La utilización de ambientadores de aceites esenciales permite su uso diario, ya que no entran en contacto directo con la piel, aunque es recomendable aumentar la ingestión de agua.

- Uso tópico a través de masajes, baños y compresas.

- No hace falta usarlos todos los días, a menos que sea para tratar zonas específicas. Tan pronto los síntomas mejoren se reducirá su frecuencia de uso. Es aconsejable realizar recesos de 48 horas cada 8-10 días.

Los baños de aromaterapia pueden tomarse dos o tres veces por semana hasta que mejore la afección y luego una o dos veces por semana para mantenimiento.

Las esencias de las plantas aromáticas tienen una composición química parecida a la de las hormonas, por lo que tienen la capacidad de activar la producción de hormonas en nuestro cuerpo y activar el metabolismo.

También pueden modificar nuestros sentimientos y nuestra vida afectiva, pues actúan a través del sistema nervioso. Cuando olemos el aroma que despide un aceite esencial; ya sea por inhalación directa, vaporización, baños aromáticos, masaje terapéutico o aplicación de compresas, se genera un movimiento vibratorio molecular que se transmite a los receptores de nuestros centros nerviosos conectados a la parte del cerebro que afecta las emociones, la memoria y la intuición.

Los aceites esenciales son muy fáciles de usar, pero deben tratarse con precaución, ya que algunas personas tienen la piel muy sensible y podrían no responder al tratamiento.

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